Reforma Callao 70

Datos de partida

El hogar de Callao 70 pertenece a una familia organizada, con las cosas claras, pero muy divertida. Se trata de una pareja (C y J), cuyas dos hijas ya se han independizado, pero que, a lo largo del año, van de visita varias veces para pasar unos días en familia.

La vivienda es un ático en el centro de unos 95m² con:
- Salón
- cocina independizada
- cuartito de lavar
- 2 baños
- 2 dormitorios
- 1 despacho
- Terraza maravillosa
- Un cuartito muy pequeño asociado a la terraza

Puntos a favor

La terraza era un espectáculo, lo más envidiable de la casa. El suelo de la terraza, por cierto, estaba bien conservado y C y J decidieron mantenerlo para hacerle un guiño a esos comienzos de su primer hogar. Otra cosa que me enamoró nada más ver la casa fueron las puertas. Eran unas puertas de suelo a techo, con un vidrio fijo superior. Había que mantenerlas.

Necesidades de la familia

C y J llevaban muchos años en ese piso y estaban enamorados de él. Pero se dieron cuenta de que necesitaba un GRAN lavado de cara. Tanto la cocina como los baños estaban muy viejitos. La terraza tenía una cubierta de madera muy bajita y deteriorada que restaba calidad al espacio. La cocina, que para ellos es el núcleo de la casa porque C es muy cocinillas, les resultaba muy incómoda y les faltaba zona de trabajo y de almacenamiento y tenían una zona de lavadero mal aprovechado.

Una particularidad de esta familia es que no necesitaban mesa de comedor; les era mucho más agradable tener un salón más amplio y comer en la cocina y se apañaban súper bien. Pero claro, les hacía mucha ilusión hacer grandes y largas comidas de familia en casa (ellos tienen una familia MUY grande) y no tener que volverse locos reorganizando toda la casa para poder poner una mesa de comedor, y ahora con la cocina separada era imposible.

Antes y después

La actuación más importante de la casa fue conectar el salón y la cocina a través de una gran puerta corredera de cristal. Una puerta que la mayoría del tiempo estará recogida convirtiendo el salón y la cocina en un mismo espacio, pero que permite cerrar la cocina en caso de que se quiera dar intimidad o cocinar algo que pueda generar muchos olores. Con eso conseguimos también ampliar el espacio y permitir que, si quieren hacer una comida grande, se pueda poner una mesa muy larga entre la cocina y la terraza.

El lavadero también se integra en la cocina. Colocamos ahí una columna de despensa, otra de horno + microondas + almacenaje y lavadora + termo + almacenaje. La cocina es prácticamente blanca, tanto los muebles como la encimera, que tenía algo de textura, pero muy sutil. Por eso, para aportar contraste y también algo de calidez, las columnas y un pequeño estante con compartimentos junto a la nevera se pusieron en acabado madera.

Se retranqueó la pared de detrás de la nevera, para que quedara todo alineado y ganar un poquito más de espacio en la cocina. Además, en el baño se configuró la mocheta para que quedara del mismo ancho que la que ya tenía el baño al otro lado, para que el frente del lavabo quedara simétrico. Aprovechamos y remarcamos ese frente con un alicatado en espiga. De los baños no tengo fotos en condiciones, pero puedes verlos casi terminados en un vídeo que he subido a Instagram.

La terraza, como os contaba antes, tenía un techo de madera, que por cierto, tenía dos pilares de madera, de los cuales un día, el antiguo propietario quitó uno porque estorbaba con la entrada y desde entonces unos angelitos sostenían esa cubierta… (lo he dejado punteado en el plano del estado actual, jejeje).

La idea al principio era poner algo parecido, pero más alto, porque la actual era realmente baja. Pero cuando quitamos ese techo y vimos la cantidad de luz que entraba en el salón, nos quedamos enamorados del efecto que producía la terraza tan despejada. Pero claro, tenía que haber algo que protegiera la mesa exterior donde C y J salían todas las tardes a tomarse algo, a leer y donde hacían a veces reuniones con amigos. Así que pusimos un toldo sevillano en tonos muy claritos, que quedó espectacular, y dos toldos eléctricos en el resto de la terraza para proteger el interior del sol en verano. El cambio fue increíble, ganamos altura, ligereza y ahora entra muchísima más luz a la casa.

Por cierto, mantuvimos las puertas existentes, pero las lacamos en blanco y quedaron preciosas. Los acabados y materiales que se han puesto en la casa son muy neutros, atemporales y pensando también en su fácil limpieza y luminosidad. Ningún material utilizado fue excesivamente caro, todo precios medios, pero sí se decidió invertir un pelín más en dos pequeños detalles en los que uno no se da cuenta cuando está inmerso en la obra y que marcan la diferencia. Uno fue los picaportes nuevos de las puertas, lacados en dorado. Otro fue los mecanismos (enchufes, interruptores…) que elegimos un modelo que queda espectacular. Son elementos que no te encarecen mucho el presupuesto final y sin embargo le dan ese toque diferenciador a la casa.

En cuanto al interiorismo, lo voy a dejar para un próximo capítulo. Espero que te haya inspirado este proyecto. Si tienes cualquier duda, no tienes más que escribirme por Instagram o al email estudio@martaq.es

Deco: La decoración que se ve en las fotos no es la definitiva de la casa, sino un set de ambientación formado por elementos de mi propia casa y decoración de la tienda Pure Love.

Fotos: Alberto Mahtani